A propósito de un polémico folleto



Hace unas semanas se suscitaba una encendida polémica en torno a un folleto sobre el arte rupestre regional editado en 2007, por haber incluido en él alguna imagen que no pertenecía a yacimientos de Murcia. Disputa utilizada como arma arrojadiza con fines exclusivamente políticos contra el consejero titular de Cultura, y auspiciada por un mediático profesor de la Universidad de Murcia cuya productividad investigadora merecería ser objeto de comentario.
El asunto, tras dos años de su comisión, no debería haber despertado mayor interés de no ser porque el mismo ha servido para mostrar el oportunismo de unos y una mala gestión del asunto por parte de otros. Puede que entre de lleno en el juego de la política atacar al adversario con todas aquellas armas que estén al alcance, y en este contexto pudiéramos entender las preguntas y ataques formulados por los opositores al actual partido gobernante. Más difícil es comprender la actitud de determinados pseudo-investigadores, más preocupados por engordar su currículum con discusiones como ésta que con una labor investigadora merecedora de tal calificativo.
Sin embargo, soslayando el debate político, sí es cierto que se hace difícil asimilar las explicaciones ofrecidas por parte de los responsables últimos de esta metedura de pata, porque sólo como tal puede ser calificado el hecho de incluir imágenes de Castellón en un folleto que tiene por objeto promocionar el arte rupestre de la Región de Murcia. Una vez constatado y asumido el error, hubiera sido fácil atajar la polémica asumiéndolo, entonando un mea culpa y haciendo propósito de enmienda. Pero no ha sido así. En vez de ello, hemos tenido que escuchar unas explicaciones absurdas e inaceptables. Si para el consejero de Cultura se trata de un recurso empleado por la empresa encargada de la campaña publicitaria, el director general de Bellas Artes se limita, simplemente, a calificar tal polémica como provinciana al amparo de que el arte rupestre es un Patrimonio Mundial.
Pues no, por ahí no. Que una empresa a la que se le encarga la promoción del arte rupestre de Murcia incluya imágenes de otras regiones, no es un recurso, es llanamente un fallo, probablemente fruto de la ignorancia. ¿Alguien ha conocido, por ejemplo, una marca de coches que quiera aumentar sus ventas promocionando los modelos de la competencia. Absurdo, ¿no?
Y tampoco podemos admitir sin más que nos tachen de provincianos. Si el folleto tuviera como finalidad promocionar el arte rupestre del Arco Mediterráneo en general podríamos discutir su idoneidad, pero poco su contenido. Pero no era éste el caso. Era un folleto editado por Murcia, pagado por los murcianos para promocionar el arte rupestre de Murcia, y en ese contexto, ninguna cabida tenía la información de otras regiones.
Insisto en que la polémica estaba fuera de lugar, porque la edición era ya antigua y porque puede ser achacada a un comprensible error humano. Hace poco conocimos como una empresa encargada de promocionar Sevilla utilizó el mismo “recurso” técnico al colocar la catedral de Palma a orillas del Guadalquivir. Aceptamos el fallo humano, aunque también es cierto que Cultura tiene, o debería tener, personal técnico competente para controlar el material que edita, pero lo que se hace más difícil admitir son unas explicaciones ridículas. Los errores se asumen, si es posible se subsanan, pero nunca se disfrazan de un snobismo vacío, extravagante y fuera de lugar.

1 comentario:

  1. Pedro Amorós11/4/09

    Se queda uno de piedra, como se suele decir, cuando se entera de que en un folleto sobre el arte rupestre en la región de Murcia aparecen imágenes de Castellón, aunque ya pocas cosas nos extrañan. La cultura no interesa ni nunca ha interesado a los políticos. Espero que el autor escriba sobre arte rupestre y deje al margen polémicas inútiles.

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