Podría ser una matanza o un sacrificio humano masivo.
Aparecen 27 dibujos, entre ellos 22 figuras humanas en posiciones muy
variadas pero siempre con una clara actitud de abatimiento y derrota.
Este espectacular mural es uno de los descubrimientos más importantes de pintura prehistórica naturalista en Catalunya y
un documento único para la investigación, desde una perspectiva
antropológica, social y etnográfica. La escena forma parte del mayor
hallazgo de pinturas rupestres de los últimos 35 años. Se ha localizado en Capçanes, en el Priorat,
junto a una veintena de conjuntos pictóricos más. En total, más de 150
figuras humanas, y de animales, entre ellos, un gran toro de 54
centímetros, uno de los mayores documentados hasta el momento.
“Son unos yacimientos espectaculares, el
estilo enlaza con el arte rupestre levantino pero lo que sorprende en el
caso de Capçanes es la concentración en un espacio tan pequeño”,
mantiene Josep Castells, jefe de la sección de información y estudios
del Servei d’Arqueologia i Paleontologia del Departament de Cultura de
la Generalitat. Los diez primeros conjuntos de pinturas rupestres de
Capçanes se localizaron en abrigos rocosos (protegidos por una cornisa
natural) en el 2006 y se documentaron en 2008. Sin embargo, la magnitud
del hallazgo animó a gente del municipio: “Se pusieron en marcha
amantes del senderismo y del campo e identificaron una decena de abrigos
más”, explica Castells. Los últimos se localizaron hace apenas un año.
La geografía del Priorat –con las sierras del
Montsant, Llaberia y las montañas de Prades; los ríos Siurana y Montsant
y sus barrancos con numerosas cavidades y abrigos– reúne las
condiciones idóneas para la existencia de conjuntos rupestres, pero
hasta hace una década se desconocía su existencia. Ahora la situación ha
dado un vuelco. “Lo primero que hicimos es poner en marcha el programa
Corpus de Pinturas Rupestres”, explica Castells.
El Servei d’Arqueologia de la Generalitat encargó a los
prehistoriadores Ramon Viñas ( Institut Català de Paleoecologia Humana i
Evolució Social, Iphes) y a Elisa Sarrià (especialista en arte
rupestre) el estudio y la documentación de las pinturas. Luego, se
encargó el proyecto para proteger y conservar los yacimientos. “La
protección pasa por controlar el libre acceso a los abrigos y luego
instalar paneles para que la gente entienda por qué está la zona
cerrada, y sepa lo que puede ver”, explica Castells.
El cierre perimetral de los diez primeros abrigos, en
la zona denominada La Vall y Parellada, acabó hace unos días. El
Ayuntamiento ha avanzado los 30.000 euros comprometidos por la
Generalitat, para limpiar la vegetación que había frente a los abrigos,
mejorar los caminos de acceso e instalar una valla alrededor de los
yacimientos. El objetivo es garantizar su conservación. No en vano,
según apuntan en su informe Viñas y Sarrià (publicado en Tribuna
d’Arqueologia), el 50% de estas pinturas se ha perdido por la fragilidad
de la roca, que se va laminando. Tanto es así que el año pasado,
comenzó una campaña de consolidación de los abrigos más dañados que
continuará este año.
Hasta ahora los especialistas han asegurado, por
ejemplo, una de las pinturas más espectaculares, la del toro de 54
centímetros, uno de los mayores localizados hasta ahora en Catalunya.
También se ha realizado una actuación de urgencia en otro mural (del
grupo localizado en 2014) de ochenta centímetros de ancho y un metro de
altura que representa una escena de caza, con un conjunto de figuras
humanas –con piernas muy musculadas– y un ciervo.
La campaña de consolidación continuará con el mural de
la matanza o el posible sacrificio, para que pueda contemplarse en todo
su esplendor. A diferencia de las escenas de caza, mucho más comunes en
el arte rupestre levantino (que se extiende por la costa Mediterránea,
desde Lleida hasta Almería y es patrimonio de la humanidad desde 1998),
la temática de este mural, “es sorprendente, aparecen individuos medio
muertos y colgados... está claro que no es una escena de caza y todavía
es complicado hacer una interpretación precisa, pero se está trabajando
y estudiando; es un hallazgo increíble”, opina Castells.
Otra de las singularidades que se han descubierto y que
otorgan un peso específico a la zona de Capçanes, son tres grabados que
representan tres ciervos. Están situados en el techo de uno de los
abrigos de Parellada, a aproximadamente 1,80 metros del suelo. “Por su
concepción estilística y técnica encajan entre las formas paleolíticas y
levantinas y podrían constituir un vínculo con el origen del arte
levantino”, afirman en su informe, Viñas y Sarrià. “Este hallazgo ha
sido una sorpresa porque nos hace replantear la investigación, son los
tres primeros grabados de esta tipología que se encuentran al aire
libre, pueden ser muy antiguos... el principio del arte rupestre”, añade
Castells. En otros de los abrigos se han identificado, por sus curvas,
varias figuras femeninas. En una de las escenas, por ejemplo, aparece
una mujer con vestimenta en los brazos y el cuerpo recogiendo miel.
“Todos estos conjuntos nos sitúan en el mapa y
aportan un gran valor al municipio, que se suma a la actividad
vitivinícola o las rutas senderistas”, mantiene el alcalde de Capçanes,
Joan Carles Castellví, que tiene previsto organizar una jornada de
puertas abiertas cuando se hayan instalado los plafones informativos y
se haya decidido el mecanismo para mostrar y explicar los yacimientos.
Los diez primeros conjuntos de Capçanes que se han protegido se suman a
las pinturas localizadas en otros barrancos de la comarca. El Priorat
entra por la puerta grande en el mapa de las pinturas rupestres desde
que, en 2006, dos escaladores, Juan Antonio Serrano y Laura Martínez, en
una salida por el valle del río Siurana descubrieron los abrigos con
pinturas del Grau des Masets, en Cornudella del Montsant. Ese fue el
inicio, y actualmente el Priorat concentra casi medio centenar de los
120 conjuntos documentados en toda Catalunya.
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