Los investigadores Marcos Díaz y Daniel Garrido, autores del libro
'Cuevas prehistóricas de Cantabria' que ha sido presentado este
miércoles, han reivindicado a estas cavidades como símbolo de la
"multiculturalidad" de la sociedad.
Así lo han asegurado los
autores de este libro, que aporta una visión actualizada de los
yacimientos y materiales hallados y conocidos en siete cavidades
paleolíticas de la región, concretamente en las que están abiertas al
público, como son Covalanas, Cullalvera, El Castillo, Las Monedas,
Hornos de la Peña, El Pendo y Chufín.
Para estos investigadores,
estas cavidades, constituyen "joyas subterráneas" tanto en el ámbito de
la ciencia, la sociedad y la economía.
Han explicado que el
conjunto de las cuevas que hay en Cantabria constituyen "la mejor
diversidad" del arte rupestre a nivel mundial, tanto que --han dicho--
sólo con contando las cuevas de El Castillo, Altamira y La Garma estarí representado ya el "99 por ciento" de los temas y de la información para la investigación prehistórica.
Además
de su diversidad, han destacado que en Cantabria hay una "carga" de
patrimonio prehistórico para investigar que es "única" y que atrae,
incluso, a equipos internacionales de científicos. "Hay pastel para
todos y encima nos va a sobrar", ha afirmado Díaz.
Al margen de
lo que supone para la ciencia, ha señalado que, en lo social estas
cuevas son "lugares de encuentro" y de "interacción" e "intercambios"
entre los humanos y, en lo económico, tienen un "potencial amplísimo" y
pueden ser fuente de riqueza.
UN LIBRO "DE REFERENCIA"
Por
su parte, Daniel Garrido ha explicado que la obra aspira a ser un
"libro de referencia" sobre estas cavidades, que a su juicio, no existe.
A
través de él, se pretende permitir el "profundizar" en estas cuevas
"más allá" de lo que puede conocerse con una visita y también
"incentivar" al lector a querer conocer otras cavidades.
Además,
se trata de una obra "de compromisos", por una parte de la
Administración y, por otra, de los investigadores con la labor de
divulgación del patrimonio prehistórico de Cantabria que lleve a "una
concienciación social".
Se trata, según sus autores, de un libro "visual" con un lenguaje que busca ser "lo más sencillo" posible.
UNA OBRA "QUE ENGANCHA"
En
esta misma línea, el presidente de Cantabria, Ignacio Diego, ha
afirmado que se trata de una obra "muy ágil", "clara", "muy didáctica",
"para todos los públicos" y que "engancha" y que "cuesta" cerrar.
Dado
la capacidad que, según ha afirmado, tienen sus autores para
"contagiar" su "pasión" hacia estas cavidades, ha asegurado que el libro
"te lleva por la cueva, te hace disfrutar" y "despierta una sanísima
curiosidad".
LA OBRA
El libro, que podrá
adquirirse en las propias cavidades citadas _todas ellas Patrimonio de
la Humanidad a excepción de Cullalvera_ y en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC), plantea un viaje literario por las cuevas, su importancia y su complementariedad con Altamira.
A
partir de este jueves estará disponible para su venta en el Monte
Castillo y en el MUPAC y desde el viernes podrá ser adquirido en las
cuevas de El Pendo y en Ramales de la Victoria.
La
publicación, en el segundo capítulo, hace un repaso por los orígenes
del género humano y su evolución hasta la llegada a Cantabria hace
40.500 años, su posterior adaptación y evolución hasta la domesticación
del ganado y los primeros cultivos.
En este punto ha colaborado el
Museo de la Evolución Humana de Burgos con la cesión de imágenes de
varias reproducciones de homínidos.
El tercer capítulo se centra
en la eclosión del arte debido a la necesidad innata del hombre por
transmitir sus conocimientos y preocupaciones mediante la decoración de
las paredes interiores de las cavidades y los objetos de la vida
cotidiana.
A partir de este momento y de manera sucesiva se explica la historia del descubrimiento y las investigaciones de cada cavidad mediante un
recorrido expositivo de la importancia de la ocupación de las que fueron
habitadas, las características de sus salas interiores y el contenido
de las mismas.
Destacan en este punto las imágenes intercaladas
con el texto de los principales hallazgos materiales, que han sido
cedidas en su mayoría por el Museo de Prehistoria y Arqueología de
Cantabria, el Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira y el
Museo de Arte Contemporáneo de Santander, que han colaborado
activamente.
La publicación finaliza hablando de la necesidad de
mantener los mecanismos existentes para la conservación del legado que
contienen las cavidades.
LOS AUTORES
Daniel
Garrido Pimentel, actual coordinador de las Cuevas Prehistóricas de
Cantabria, está integrado en varios proyectos de investigación en la
Comunidad Autónoma, Asturias y País Vasco. Posee numerosos artículos e intervenciones en Congresos, de índole nacional e internacional.
Su formación se inicia en la Universidad de Salamanca,
donde se licenció con Grado Superior en la especialidad de Prehistoria y
estuvo contratado como personal investigador y docente antes de tomar
el cargo de coordinador.
Durante este tiempo se formó en
diferentes universidades y centros de investigación europea como la
Universidad de Londres, Cambridge, el Centro Europeo de Investigación
Prehistórica de Isernia (Italia)
o el Instituto de Paleontología Humana de París, cuya fundación se
debe en parte al viaje que en 1909 Alberto I de Mónaco hizo a Cantabria
para visitar Altamira, El Castillo y Covalanas.
Es Graduado
Superior en Arqueología del Cuaternario por la Universidad Rovira y
Virgili, en donde colaboró durante tres años con el equipo de Atapuerca
estudiando el arte rupestre de la Galería de El Sílex y donde conoció y
trabajó con Marcos García Díez, también autor del texto presentado hoy.
Marcos
García Díez, doctor en Prehistoria, es actualmente profesor de la
Universidad del País Vasco, ha sido miembro del Patronato de Altamira y
dirige con Luis Quindós uno de los proyectos relativos a la posible
apertura de Altamira.
Ha publicado varios libros sobre arte
prehistórico y cuenta con numerosos artículos e intervenciones en
congresos científicos. Recientemente participado como codirector en las
dataciones de El Castillo y Altamira, obteniendo fechas de, al menos,
41.000 años de antigüedad para El Castillo, que la convierte en la cueva
con las fechas más antiguas del mundo.
L a
fotografía que acompaña sucesivamente al texto ha sido realizada en su
mayoría por el fotógrafo, Miguel de Arriba, quien tiene en su haber
numerosas exposiciones a lo largo de toda la geografía española, con
publicaciones en las principales revistas especializadas de todo el
mundo y con la exposición fotográfica itinerante 'Patrimonio
Subterráneo'.
Fuente: EuropaPress
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