Hallado un pigmento azul inédito en la pintura rupestre

Durante los trabajos de análisis de las pinturas rupestres que decoran los abrigos rocosos de las Hoces del Río Duratón (Segovia), investigadores de la UNED  han analizado seis micromuestras y han descubierto un mineral que nunca se había usado como parte de la paleta prehistórica, la paracoquimbita.
"Las Hoces del Río Duratón (Segovia) albergan más de treinta abrigos rocosos que los pobladores prehistóricos empleaban como murales donde plasmar sus pinturas hace unos 4.000 años", explica la universidad en su página web , en la que añade que "uno de ellos es el Abrigo Remacha, con 182 pequeñas imágenes que representan figuras humanas, animales y símbolos abstractos de forma esquemática".
“Hemos encontrado un pigmento de color azulado que contenía carbón amorfo y un sulfato de hierro nonahidratado, llamado paracoquimbita”, explica Mercedes Iriarte, investigadora del departamento de Ciencias y Técnicas Fisicoquímicas de la UNED y autora principal del estudio. “Este mineral pulverizado no se había detectado hasta ahora como parte de la receta pictórica en pintura rupestre”, añade.
Mineral de origen desconocido
De momento se desconoce su procedencia, aunque los científicos se inclinan porque podría haber sido trasladado desde otro lugar por los humanos que lo pintaron, "puesto que no hay evidencias de paracoquimbita en minas cercanas", dice la UNED.
Tampoco parece probable que el mineral se creara in situ, en el panel, "al necesitar unas condiciones químicas que no se dan en el abrigo". Además, "no existen rastros de paracoquimbita en las muestras de color rojo".
La investigación, publicada en Journal of Raman Spectroscopy, "revela componentes más habituales como hematites, un mineral constituido por una de las formas de óxido de hierro, que se usaba para crear el color rojo". Su tamaño diminuto —con granos inferiores a una micra—, "indica que los artistas prehistóricos emplearon una técnica elaborada, trabajando mucho el mineral, hasta conseguir un polvo fino".
En las pinturas también hallaron otros componentes habituales como carbonatos, yeso, cuarzo y oxalatos cálcicos, principalmente. "Estos oxalatos —fruto de la excreción de microorganismos que colonizan las superficies de algunas rocas y dejan una película que las cubre— permitirán datar las pinturas en futuras investigaciones, al contener carbono en su molécula".
 
Fuente: elimparcial.es
Fotografía: UNED

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